La nueva Ley hipotecaria ofrece mayor protección para los clientes, resta responsabilidad a las entidades en los procesos de verificación y la traslada a los notarios y registrados. Los clientes dispondrán de un plazo de 10 días para estudiar y revisar su contrato antes de firmarlo. En ese plazo, la entidad estudiara la situación financiera del consumidor y la capacidad para hacer frente al pago. Notarios y registradores velaran por el cumplimiento de los requisitos proceso y debe garantizar que el prestatario el producto que se contrata y las condiciones. Los gastos, salvo tasación serán asumidos por las entidades financieras, que serán quienes paguen gestoría, notaria, el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados y el registro. Se prohíbe la cláusula suelo. Las operaciones con intereses variables no se puede fijar un limite a la baja del tipo de interés. El fin es que el cliente se beneficie de las caídas del Euribor. No se pueden vincular las hipotecas con ot...